viernes, julio 31, 2009

Representación del fusilamiento del Padre de la Patria

De la Lámpara de Diógenes:

Resguardado por los soldados que formarían parte del pelotón de fusilamiento, el Padre de la Patria, Miguel Hidalgo y Costilla llegó frente a la puerta principal de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, donde un centenar de ciudadanos se habían reunido junto con Gerardo Fernández Noroña y otros miembros del Movimiento Rebelde de la Resistencia Civil Pacífica, quienes organizaron la representación para así conmemorar el CXCVIII aniversario del asesinato del iniciador de la Independencia de México y exigirle a la Iglesia Católica una formal disculpa.





Los azorados miembros de la Policía Federal (PF) que vigilan el acceso al templo católico se comunicaban por sus radios, nerviosos al ver los preparativos de la representación. Otros más se asomaban desde la balaustrada en lo alto de la fachada de la iglesia.




Una vez que estuvieron listos los participantes a la representación, ésta inició con la lectura del documento en el cual se le condena a la ex comunión, maldiciendo cada uno de sus actos y su persona:



“... Sea condenado Miguel Hidalgo y Costilla, en donde quiera que esté. Que sea maldito en la vida o en la muerte, en el comer o en el beber, en el ayuno o en la sed, en el dormir, en la vigilia y andando, estando de pie o sentado; estando acostado y andando. Que sea maldito en su pelo, en su cerebro, que sea maldito en la corona de su cabeza y en sus sienes. Que el hijo del Dios viviente, con toda la gloria de su majestad lo maldiga. Y que el cielo, con todos los poderes que en él se mueven, se levante contra él. Que lo maldigan y condenen. Amén, así sea, amén”.




Posteriormente Miguel Hidalgo, caracterizado magistralmente por el actor Jorge Arvizu "El Tata", dio lectura de su mensaje, a ciento noventa y ocho años de haber sido asesinado:



"El día de hoy, se cumplen 198 años de mi ejecución en la ciudad de Chihuahua. A pesar de casi dos siglos de tan condenable represión ejercida contra el naciente pueblo de México y contra los líderes de la Independencia de nuestra Nación, la Iglesia Católica mantiene la condena y los anatemas en nuestra contra.

En mi caso, se me torturó, vejó y asesinó, previa excomunión. Se me acusó de traidor a la patria y de promover ideas extranjerizantes. Se me maldijo de todas las formas posibles, como han ustedes escuchado y no conformes con ello, se me cortó la cabeza y se mantuvo en exhibición durante años en la Alhóndiga de Granaditas; todo ello como una manera para intimidar a los libertadores de nuestra Patria. De nada les sirvió, vencimos al Imperio Español, al clero y a los privilegiados de aquel tiempo.

Hoy, no tengo duda que de vivir, lucharía contra la imposición, el fraude, la impunidad y la miseria que ahoga nuestra Nación. Hoy, sería nuevamente excomulgado y condenado a sesenta años de cárcel en un penal de alta seguridad y de ejecutarse la pena de muerte, sería fusilado por estos canallas que ahora me ejecutarán.

Son los nietos de Fernando VII, de Abad y Queipo, de los realistas y los conservadores quienes están en el pelotón de fusilamiento. Norberto Rivera y Onésimo Cepeda son dignos sucesores de Abad y Queipo; Calderón, Salinas, Fernández de Ceballos y Ortega son vende-patrias tan acreditados como los defensores del Imperio Español o los defensores de las intervenciones extranjeras en nuestra Nación.

Hoy, lo que ayer fue una tragedia se repite como farsa, pero hoy como ayer, será el pueblo de México y sus más nobles sentimientos y mejores causas los que acaben imponiéndose frente al mar de corrupción, impunidad y simulación que somete a nuestra Nación.

Muero como hace 198 años para renacer como gigante y para convertirme en legión. Renazco en millones de hombres y mujeres libres que hoy luchan por una Patria justa y generosa. Regreso en cada grito libertario y en cada lucha de nuestro pueblo. Resurjo de entre las cenizas del hambre y la miseria, para enarbolar las más caras luchas del pueblo de México y como ayer, venceremos, liberaremos de nuevo a la Patria para construir una República libre, soberana, democrática y justa socialmente.

Viva México"




El pelotón de fusilamiento disparó el fuego de sus armas sobre el valiente pecho del Padre de la Patria, quien recibió la descarga con la seguridad de estar vivo siempre, en la búsqueda por la libertad y la independencia de los gobiernos usurpadores.




Al finalizar, como siempre, los miembros de la resistencia civil pacífica más los ciudadanos que detuvieron su andar para presenciar la representación, entonaron el Himno Nacional.



Se convocó, como cada día primero de mes, a participar en la protesta Ni Perdón Ni Olvido frente a Los Pinos, el próximo sábado 1 de agosto, a las 10:45 de la mañana en la estación del metro "Constituyentes" de la línea 7 del Metro.


Video de la representación

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Fuente: Lámpara de Diógenes

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