¿Y si los mexicanos pensaran?
Viernes Contemporáneo
Armando Ortiz
¿Y si los mexicanos pensaran?
A usted que piensa que el título de este artículo es ofensivo, a usted que cree que la vida es como en las telenovelas, que todavía piensa que Carmen Campuzano tiene redención, que jura que el “chavo del ocho” sigue siendo niño; a usted que todavía da su cambio en el supermercado para Vamos México; a usted que por las noches cree todo lo que los noticieros dicen; a usted que todavía se cree eso de que México es un gran país. ¿No le parece que ya ha pasado suficiente tiempo? ¿No le parece que ya es hora de quitarse ese estigma de jodidos que nos marcó durante todo el siglo XX? ¿No le parece que ya es hora de pensar?
El gobierno se ha valido de las televisoras para hacernos creer que México es un gran país, un gran país que tiene a uno de los hombres más ricos del mundo, pero que posee a millones en el desamparo. Un país que se preocupa por los intereses de las grandes empresas, pero que se olvida de sus trabajadores, de los hombres que cargan en sus hombros la república. Un país de gente bonita que organiza cenas de beneficencia donde se come caviar y se degustan los mejores vinos y champagne, donde se ofrecen canapés de Jabugo y se dan postres con mousse de chocolate, todo ello para juntar dinero y poder comprarle a la gente fea y pobre, arroz, frijoles y tortillas, para que no sigan chingando con que tienen hambre.
Ya basta de seguir creyendo en esas mentiras. Entiendo que México es grande, porque esos desalmados, dueños de las grandes fortunas, no han podido devorarlo completo. Pero si por ellos fuera, le pedirían a Dios más años de vida para seguir lucrando, aunque nunca se pudieran gastar todo el dinero que junten; le pedirían a Dios una boca más grande para seguir mamando de la sangre y el sudor de los mexicanos, sin importar cuantas veces se burlen de quien dijo eso de que “los ricos no heredarán el Reino de Dios”. Y no se conforman con lo mucho que poseen. Si bien, nosotros nos conformamos con mirar el mar y gozar del sol y del viento, ellos quieren ser dueños de su propia isla, para no compartir el mar, el sol y el viento con nadie. Y las televisoras se prestan al engaño mediático y anuncian con bombo y platillo el día que esos señores dan el cambio que les estorba en los bolsillos para el Teletón.
Si los mexicanos pensaran hace tiempo hubieran puesto las cosas en su lugar. No hubieran dejado que se instalara un presidente hasta asegurarse de que éste hubiera ganado legalmente las elecciones.
Pero los mexicanos no piensan, al menos no la mayoría. Pendejos creyeron en las mentiras de los comentaristas de televisión. Por eso los que rentaban en patio de vecindad les dio miedo perder su casa, los que no tenían ni para comer les dio miedo tener hambre, los que por sus deudas no duermen en paz les dio pavor el “peligro para México”. Ahora a esos les pregunto: ¿Quién resultó ser más peligroso?
Pero la televisión sigue con lo mismo, claro, porque les dio resultados. Y las televisoras ponen a gente como ellos, con la misma cara de pendejos, a decir que debemos apoyar la Reforma del Presidente, porque así le ira bien al país. Y ponen a esos policías y agentes deteniendo a los secuestradores, cuando ellos mismos podrían ser los delincuentes.
A los mexicanos les gusta ignorar, les gusta quedarse con lo que les dicen, les gusta no pensar. Por eso ni se han enterado de que el hombre que puede dirigir a la Policía Nacional confesó, hace años, haber asesinado junto con otros amigos a un taxista y a sangre fría, y ni se enteran de que la organizadora de la marcha “Iluminemos México”, es casi “comadre” de quien dirige la Seguridad Pública, responsable directo de la corrupción y delincuencia que plaga el país. No quieren saber de los millones que diariamente entran a las arcas particulares de doña Elba Esther Gordillo, ni les interesa saber que es dinero mal habido. Prefieren creer que los hijos de Martha Sahagún son inocentes, porque se ven buenos niños, prefieren creer que Mouriño es mexicano legítimo aunque haya nacido en España, prefieren creer que la familia del Secretario de Gobernación ha hecho su riqueza sin el tráfico de influencias, porque parecen ser una bonita familia. Es mejor para ellos, porque creer lo contrario los obligaría a pensar. Por eso dan gracias a Televisa, por la “boda de sus sueños”, dan gracias a TV Azteca por la “academia”, dan gracias a la televisión por pensar por ellos.
¿Y si los mexicanos pensaran? Otro gallo cantaría. No dejaríamos que nos llamaran jodidos, como lo hizo públicamente don Emilio Azcárraga, no dejaríamos que los diputados aprobaran leyes que fueran en contra del bien común, no dejaríamos que los ricos se siguieran haciendo más ricos, al tiempo que los pobres se revuelcan en la miseria. ¿Y si los mexicanos pensaran? Mandaríamos al cuerno a las televisoras y nos pondríamos a leer un libro. Exigiríamos que ese bien público que es la televisión dejara de manipularnos, dejara de contarnos tantas mentiras y verdades a medias. Si los mexicanos pensaran, Calderón no se llamaría a si mismo presidente. Entonces, si los mexicanos pensaran, éste sí sería un gran país.
Armando Ortiz aortiz52@hotmail.com
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