miércoles, septiembre 20, 2006

Crónica de la Convención Nacional Democrática

"Hoy es un gran día, es el día de nuestra conciencia y andemos con ella, para que en ella se haga la luz." -Elena Poniatowska


Había llegado el gran día. Saliendo del metro observé la Avenida Juárez. La nostalgia me invadió al no ver uno solo de los campamentos que, por un reclamo legítimo, ocupaban esa y otras calles apenas un día antes. Sin embargo, pronto la nostalgia se convirtió en ánimo al observar un río de gente. Todas y cada una de las personas tenían un par de cosas en común: la esperanza reflejada en el rostro y un orgullo espontáneo y muy sincero de portar un gafete de delegado de la CND.

Lo mismo un viejito que una señora muy sonriente o un indígena cuyo traje autóctono desentonaba con el pedazo de cartón que colgaba de su cuello pero el cual, al parecer, le brindaba por primera vez en su vida la sensación de tener una voz y hacerla escuchar como nunca antes.

Me dejé arrastrar por el caudal de gente a través de Avenida Madero. Todo era fiesta, pancartas y música. Al desembocar, no sin muchos trabajos, al Zócalo, me dispuse a dar una vuelta y observar. Es fácil detectar a quien nunca ha visitado la Ciudad de México. Se les nota pasmados ante la amplia plaza, la gigante catedral o la enorme bandera que ondeaba débilmente sobre un fondo de nubes grises. Gente de todos los lugares del país ocupaban el concreto, oaxaqueños, veracruzanos, campesinos, indígenas, profesores, viejitas, universitarios, en fin, parecía que cada raza, cada clase social, edad o lugar estaba representado.

Mientras esperábamos el inicio de la convención y se llenaba paulatinamente el zócalo, Tláloc quizo ponernos a prueba con un potente aguacero. Como un signo de lo que nos ha tocado vivir como pueblo, la gente resistió sin moverse, sin rajarse como dice el Peje. Los que no traíamos con que cubrirnos no nos quedó mas que empaparnos y esperar. Finalmente, la lluvia cedió dejando arriba de nosotros pedazos de cielo y de nubes y abajo todos mas unidos.

En el templete que daba la espalda a Palacio Nacional preparaban todo lo necesario, nosotros nos animábamos con gritos. Hasta que finalmente
se alzó la pantalla gigante y se dio inicio a los trabajos.
Todos escuchamos atentos uno tras otro los discursos de los dirigentes políticos y demás personajes del movimiento. Sin duda el mas emotivo fue el de Elenita, un discurso conciliador pero fuerte que nos puso al borde de las lágrimas a muchos.

"El autonombrado 'Presidente del empleo' se quedará sin empleo, porque nuestros pueblos no le reconocemos." -Hermelinda Tiburcio Cayetano


Tocó el turno de Hermelinda, una indígena mixteca que habló sobre el olvido y la represión de su pueblo, sobre todo a las mujeres e hizo un gran reclamo que arrancó los aplausos de todos en la plaza.

También apareció en el podio Rafael Barajas El Fisgón, gran caricaturista, y por lo visto también orador. Habló de los medios electrónicos, la libertad de expresión y de las campañas de desprestigio. Su discurso fue conciso e ingenioso pero muy digerible, como una caricatura.

Después de escuchar las ponencias de todos los temas que se habían acordado, llegó finalmente el momento de votar los puntos que se iban a tratar. Mucho antes de que a los delegados se nos pidiera votar ya todo el zócalo se había unido al grito de ¡PRE-SI-DENTE!, ¡PRE-SI-DENTE!. Obviamente las votaciones fueron unánimes para desconocer al gobierno espurio y declarar como Presidente Legítimo a Andrés Manuel. La votación mas reñida fue para definir la fecha de la toma de posesión (decidida para el aniversario de la Revolución).

La convención llegó a su clímax al momento en que apareció AMLO en el podio. Los gritos eran ensordecedores y la imagen del Peje en la pantalla gigante emocionaron hasta al más tranquilo de los asistentes. Su discurso fue humilde, recalcando que es un honor aceptar la designación que le fue hecha.

"Jamás nos rendiremos. Estamos aquí para decir a los cuatro vientos que defenderemos el derecho a la esperanza de nuestro pueblo, que no aceptamos el oprobio como destino para nuestro pueblo." -AMLO


Habló de todas las cosas que no aceptamos, también de la Nueva República, del futuro, del Frente Amplio Progresista. Habló, como siempre, con sentimiento y corazón y remató con vivas a la CND, a la Nueva República y a México.

Regina Orozco fue la encargada de cantar el Himno Nacional, debo confesar que nunca me había emocionado tanto cantarlo, ni nunca lo había escuchado cantado por tanta gente y con tanto sentimiento. La cara de la gente lo decía todo, cara de satisfacción, de esperanza, de ganas de seguir luchando.

"Es un honor estar con Obrador" gritaba la gente al final de la convención, mientras todos veíamos por dónde podría haber un hueco para salir. Las luces de Independencia de los edificios ya se habían prendido dándole mas emotividad a la escena. Mientras el río de gente me llevaba de regreso por Madero, volteé para atrás como con nostalgia, pero al ver la campana hecha de luces que colgaba comprendí que esto es apenas el inicio...

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